En esta semana tan electoral, dejo aquí un par de microrrelatos inéditos que presenté una vez a un concurso y que, por desgracia, no obtuvieron premio alguno.

Suspicacia
Tratando de no sucumbir a sus ojos de serpiente, la interventora seguía atenta a cada finta o maniobra de mano enguantada con que acechaba la urna aquel tétrico y fastidioso votante prestidigitador.
Taras
El desalmado votaba con la cabeza; el ahorcado, con el corazón.