Uni-Verso

El pasado jueves, 16 de mayo, se celebró en la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco la primera edición del recital Uni-Verso, o, lo que es lo mismo, el Encuentro de la Universidad con el poema. Yo tuve la suerte de participar en tan magno acto; la entrada de hoy es el testimonio de aquella mañana.

El acto dio comienzo a las 12 en punto de la mañana, en el aula 1.06. El maestro de ceremonias fue el profesor Juan José Lanz que, tras una presentación muy interesante, fue otorgando el turno de palabra a cada uno de los que intervenimos. Antes de los poemas, hubo una actuación de trikitixa a manos de la alumna Andrea Losada. Sonaba como los ángeles. A partir de ahí, fueron sucediéndose los poetas y los rapsodas. Hubo quienes se decantaron por la lectura de clásicos y quienes optaron, como yo, por aprovechar la oportunidad para leer poemas propios. Incluyo aquí debajo una presentación con todos los participantes, aunque el orden no es el mismo que el del día 16 de mayo; además, me temo que el ángulo desde el que realicé las fotos es… dejémoslo en mejorable.

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El conjunto resultó ágil, probablemente porque había una buena mezcla entre material propio y ajeno y entre rapsodas profesores y rapsodas alumnos. Me gustaría destacar algunos poemas originales. El profesor Juan de la Cruz emocionó con un sentido poemas en el que describía la etapa tan dura que está atravesando en el plano personal. El alumno Mario Mateo tuvo la valentía de ser el primero en leer y lo hizo con un interesante poema (Mil palabras) en el que jugaba con la repetición de algunos conceptos, como el de palabra. También me impresionaron los dos poemas originales (Arte poética y Fidelidad) que leyó la alumna Andrea García. Y no me puedo olvidar de la impresionante actuación con la que se puso punto y final al acto, a cargo de los (todavía) alumnos míos Ainhoa Eguiguren y Alejandro Ros: ella cantó un poema de Alfonsina Storni (Cazador) y otro de Lope de Vega (Ausencia), y él la acompañó, en este último, a la flauta.

Espero que este Uni-Verso vuelva a repetirse en años venideros, entre otras cosas porque fue un punto de encuentro para profesores y alumnos celebrado a años luz de las exigencias y demandas académicas, oh, tan terrenales.

Estoy que me salgo

He empezado bien mi andadura literaria en el País Vasco. Nada más llegar, vi que habían organizado un concurso de microrrelatos solidarios con motivo del Día Mundial de los Derechos Humanos. En plena vorágine de novedades, decidí probar suerte: me salió un pequeño (muy pequeño) relato con cierto aliento poético. Se llama Diferente, y podéis leerlo aquí. No se asusten los incautos si no entienden nada cuando comiencen a leer: han puesto primero a los ganadores de la modalidad de euskera. Abajo del todo ando yo.

Como en las fotos salgo fatal, y además de artista (o tal vez precisamente por ello) soy vanidoso, dejo aquí otro enlace con la noticia publicada en la página web de la Universidad. Ahí dan más detalles sobre la cantidad de participantes, los jugosos premios y demás. Con lo de «jugosos» no estoy ironizando: la mayoría de los certámenes de microrrelatos otorgan micropremios, y este no está nada mal. Sin ir más lejos, hace unas semanas organizaron un concurso de nanorrelatos los de El País, y el premio consistía en un mísero lote de libros de una colección ya entregada. Huelga decir que en ese caso no me cayó ni la pedrea, aunque me consuela saber que se presentaron un millar de relatos. Algún día pondré colgaré aquí alguno de los menos malos que presenté.

En fin, que al final me voy a hacer un experto en microficciones, oigausté. ¡Y a mucha honra!