Este año he leído algunos libros: poemarios, ensayos, novelas. Imitando el quehacer de periodistas y otros blogueros, me he propuesto dejar constancia de cuáles han sido los 5 libros que más me han gustado en 2013. Hay que decir que no todos son libros publicados este año que acaba, de hecho los primeros puestos los ocupan clásicos de la literatura universal. Esto responde a mi intención, sistemática y tal vez absurda, de ir mezclando libros actuales con obras maestras que figuran en los anaqueles de las grandes lecturas que no he deglutido. Para darle emoción, empezaré hablando del libro que ocupa el quinto lugar y, a continuación, iré descendiendo hasta el primer puesto del podio.
5
Novela bien escrita, rebosante de metáforas y con un estilo cortante, aunque, por desgracia, contiene algunas rimas internas que en determinados momentos hicieron que me fuera de la trama. La historia se hace un poco larga, básicamente porque no parece pasar nada en esa aldea perdida, pero entiendo que es un efecto buscado que concuerda con el ambiente cerrado y hostil donde se desarrolla la acción. Eso sí, el giro final hace que todo cobre un poco más de sentido y esa sensación que te deja hace que merezca la pena acabarse el libro, alcanzar la última página. De hecho, y por eso figura el libro en esa lista, esa sensación se queda en ti varios días, semanas (todavía está en mí). Tiene latido y tiene magia, la primera novela de Lara Moreno.
4
Buen libro de Juan Luis de la Cruz, lleno de preguntas (algunas sin respuesta) en las que se transcriben las lecciones imaginarias de un maestro a sus alumnos. Habla sobre la bondad, sí, pero también sobre el perdón, las ideologías, la condición de maestro, la juventud, la vida en toda su expresión. Me quedan dudas sobre ese perdón que predica: cómo protegernos, desde la sociedad, de esa lacra que es el terrorismo y de ese infierno que es el que los malos propagan. Y luego está el género: Es un ensayo, sí. Es una novela, también. Es poesía, sobre todo.
3
Como todas las de Paul Auster, es una novela que se lee con facilidad. En algún momento, la trama coquetea con los dominios de la telenovela pero, así y todo, el ritmo es increíble y el estilo rebosa sencillez y elegancia. No es el mejor libro que he leído del autor, pero presenta algunas frases memorables y un final que da sentido al libro y le otorga, a su vez, un extra de profundidad e ironía. Porque de eso va sobre todo: las ironías de la vida, lo que no podemos controlar, la paradoja de vivir.
2
Es un clásico, con todo lo que ello conlleva, pero, a diferencia de otros clásicos, debo reconocer que no me ha aburrido. Esto se debe, quizás, a que es una novela moderna para la época en que fue escrita. Contiene, además, algunos hallazgos estilísticos que, tonto de mí, no esperaba encontrarme en esta obra de Gustave Flaubert: la simbología (esa aguja que pincha al coser, como metáfora de la tentación), la conversación en la que se entremezclan dos diálogos (uno de los protagonistas, otro del sonido circundante), la inolvidable escena de la diligencia (de la que ya había oído hablar pero que, aun así, me ha encantado) o ese momento final en el que un personaje asevera que la culpa de todo es «de la fatalidad». Normal que fuera tan comentada en su día.
1
Parece mentira que haya alcanzado lo más alto del escalafón una novela que me costó tanto terminar. De hecho, la primera vez que intenté leerla tenía yo casi diez años menos, pero tuve que dejarla porque no me enganchaba. Ahora, más maduro, la he saboreado de principio a fin y he entendido su fama, su grandeza y su interés. Es verdad que la historia en sí no seduce, no alienta a pasar de página, pero vale la pena leer el libro solo por las dos imágenes que quedan en la memoria: el archivo general y, sobre todo, ese cementerio que aparece en las últimas páginas, ese camposanto que asemeja un árbol plano, vivo, que se va extendiendo, que va creciendo y comiéndose a la ciudad, rama a rama, raíz a raíz, insaciable… Un gustazo. Lo mejor es que me han quedado ganas de leer más al maestro Saramago. No tardaré.
No creo para nada que sea una tontería mezclar clásicos con novedades. Ésa es también parte de mi manera de leer. Por los demás… ¡No he leído ninguno de esos libros! Me han llamado la atención el primero y el quinto de la lista. Habrá que buscar huecos…
Querido lector inquieto: gracias por leerme. Me alegra que alguno de estos libros que he subrayado te haya llamado la atención: si algún día los lees, podemos cruzar opiniones. Ahora yo también te sigo a ti. Tu blog parece muy interesante. ¡Besos y palabras!