Estos días ha sido un poco como el fin del mundo. Como sabéis, la erupción del volcán Eyjafjalla, en Islandia, ha provocado un caos aéreo todavía más importante que el que produjo el fatídico 11-de-septiembre. En la prensa, en todas las televisiones, en la radio, se han sucedido noticias sobre el asunto, pero ahora me gustaría comentar una que se ha convertido en un clásico cada vez que hay algún contratiempo de este tipo.
¿Por qué siempre se entrevista/enfoca/retransmite a alguien quejándose de que «lo peor es que no nos informan de nada»? Parece que lo único importante para esos pobres viajeros es que nadie ha salido a explicarles, con pelos y señales, lo que pasa. Qué queréis que os diga, si yo me viera en esa situación, creo que no me importaría un bledo la razón de los retrasos y cancelaciones de los vuelos, sino los retrasos y cancelaciones mismos. No obstante, y aquí el cliché, nadie dice «no puedo soportar la ansiedad de no poder coger el avión», «me fastidia no llegar a tiempo a la comunión de mi sobrino» o » mi jefe no me perdonará el retraso» sino, simple y repetidamente: «no nos informan de nada». Pues eso, que me parece curiosa, si no ridícula, esta queja tan extendida. Además, ¿es que no pueden escuchar la radio en el móvil, acercarse a un monitor de televisión, comprarse un periódico? ¡Si cuando pasa algo así no se habla de otra cosa!
En todo caso, y para terminar, ¿no hay algo de romántico en eso de que se pare el mundo por la erupción de un volcán?